Washington, E.U., 23 junio 2016.- El número de estadounidenses que presentaron nuevas solicitudes de subsidios por desempleo cayó la semana pasada a su nivel más bajo en casi 43 años, lo que sugiere resiliencia del mercado laboral pese a que la contrataciones se desaceleraron con fuerza en mayo.
La caída en los pedidos de beneficios estatales por desempleo podría dar a la Reserva Federal más confianza de que el crecimiento del empleo se acelerará.
La presidente de la Fed, Janet Yellen, dijo a legisladores estadounidenses el martes que el banco central cree que la desaceleración de las nóminas no agrícolas de mayo fue “transitoria” y observó que “varios otros indicadores (…) de condiciones del mercado laboral lucen favorables”.
“Las condiciones generales del mercado laboral no son tan malas como uno podría asumir basado sólo en el dato de nóminas no agrícolas de mayo”, dijo Jim Baird, jefe de inversiones de Plante Moran Financial Advisors en Kalamazoo, Michigan.
Los pedidos iniciales de subsidios estatales por desempleo bajaron en 18,000, a una cifra desestacionalizada de 259,000, en la semana que terminó el 18 de junio, dijo el jueves el Departamento del Trabajo.
La caída fue la mayor desde febrero y no estuvo lejos del mínimo en 43 años alcanzado en marzo. Economistas consultados en un sondeo de Reuters proyectaban que los pedidos cayeran sólo a 270.000 en la última semana.
Las solicitudes han estado ahora debajo de 300,000 -un umbral asociado con un mercado laboral sólido- por 68 semanas consecutivas, la racha más larga desde 1973.
El promedio móvil de cuatro semanas para nuevas solicitudes, considerado una mejor medición de las tendencias del mercado laboral debido a que elimina la volatilidad semanal, cayó en 2,250, a 267,000, la semana pasada.
Los mercados financieros estadounidenses no reaccionaron mayormente al reporte, dado que los inversores esperan ansiosos el resultado del referendo de Reino Unido sobre su membresía a la Unión Europea.
En otro reporte, el Departamento de Comercio dijo que las ventas de casas nuevas unifamiliares cayeron un 6.0 por ciento el mes pasado, a una tasa anual desestacionalizada de 551.000 unidades, desde un máximo de más de ocho años que tocó en abril, por la debilidad en tres regiones.
Las ventas de casas nuevas subieron un 8.7 por ciento interanual, en momentos en que el mercado de la vivienda en general está cobrando impulso.
El mes pasado el inventario de casas nuevas en el mercado subió un 1.2 por ciento, a 244,000 unidades, el mayor número desde septiembre de 2009. Al ritmo de ventas de mayo tomaría 5.3 meses liquidar la oferta de viviendas en el mercado, frente a 4.9 meses en abril.
Las ventas de casas nuevas unifamiliares bajaron un 0.9 por ciento en el sur, un 33.3 por ciento en el noreste y un 15.6 por ciento en el oeste, mientras que subieron un 12.9 por ciento en la región central.