Si bien como negocio el Spa registra un boom, en el sector domina la informalidad donde se realizan malos procedimientos con efectos preocupantes en la salud pública, alertó Susana Cabrera Tejada, organizadora del Segundo Congreso Nacional de Spa y Micropigmentación con sede en Monterrey el 2 y 3 de abril.
También directora del Instituto Kirei, Cabrera Tejada dijo que los establecimientos Spa deben ser regularizados por las autoridades de salud e imponer revisiones sobre los procedimientos con que se brindan los servicios y la forma en que se manejan los instrumentos y las sustancias en las terapias.
Externó su preocupación por efectos negativos en la salud de usuarios de servicios como la micropigmentación, derivada en hepatitis, por ejemplo, debido a la falta de sanidad en el uso de las sustancias que se utilizan en dicha terapia.
Estimó que a nivel nacional puede estar operando unos 25 mil establecimientos de distintos niveles y en variedad de servicios, donde muy pocos están avalados por las autoridades de salud.
Falta que la autoridad revise la capacitación del personal que trabaja en los negocios y si dichos establecimientos cuentan con el “Aviso de Funcionamiento” y el Tarjetón Sanitario, detalló.
Las doctoras Anette Álvarez y Mónica Sandoval, participantes en el Congreso, coincidieron en señalar los riesgos que corren los clientes al someterse a malas prácticas, debido a la falta de preparación de los terapeutas.
Álvarez dijo que es inaceptable que un terapeuta se atreva a dar tratamientos médicos para los cuales no está capacitado en la carrera de medicina. En su oportunidad, Sandoval lamentó que el sector de los Spa hay malas prácticas por parte de gente que actúa sin escrúpulos porque entran a dar servicios en áreas que no les corresponde.
Afirmaron que en una micropigmentación mal realizada, puede producir riesgos temporales o de largo plazo como una parálisis facial o dermatitis, sin descartar efectos fatales.
Los voceros convocaron a la sociedad se asegure de que el Spa al que asistan en busca de servicios, esté debidamente certificado y ponerse en manos de terapeutas profesionales.
Asimismo, invitaron a los terapeutas informales a profesionalizar su actividad, cursar la carrera en instituciones avaladas con el Registro de Validez Oficial de Estudios en beneficio de su desarrollo personal y de los usuarios que atienden, administrando procedimientos adecuados.