La denuncia de la CTM ante la Procuraduría estatal contra el secretario general de Gobierno, Manuel González y el director de la Agencia del Transporte, Jorge Longoria va con destino al archivo muerto del Ministerio Público.
La querella no va a prosperar, pero tiene el mérito de dejar constancia (y precedente), y el valor de la denuncia contra funcionarios de primer orden.
Los cargos son por injerencia en la vida interna sindical con el fin de propiciar la división y la deserción de afiliados.
En el primer año del gobierno de El Bronco las relaciones con la CTM eran de supuesta cordialidad pues, incluso, el propio Manuel González, en la tradicional posada cetemista, calificó al líder Ismael Flores como el “pilar del transporte” y hasta lo convocó a encabezar las reformas del sistema de movilización con la creación de consorcios camioneros.
En fin, en cuestión de negocios, nomás los interesados.
Los sindicatos surgieron como una fuerza contra la opresión de los patrones, con éxito en sus fines estrictamente laborales pero su papel varió con el protagonismo político electoral cobijados por el régimen.
El control del Poder sobre los centrales ha debilitado al movimiento sindical, provocando el egoísmo y la falta de unidad entre las distintas siglas que han llegado al extremo del esquirolismo y en la conducta de carroñeros cuando un gremio cae en desgracia, por ejemplo el de los mineros con la persecución que el entonces Presidente Fox emprendió contra Napoleón Gómez Urrutia quien sigue refugiado en Canadá, apoyado por sus compañeros del sindicato mundial metalúrgico, no obstante que ha ganado todos los juicios a que ha sido sometido, y sigue sin poder regresar a México por las presiones empresariales.
En el pleito de la CTM con el gobierno de El Bronco, la central obrera tiene, aparentemente, el “juego” perdido ante la formidable potencia gubernamental.
En este momento, si los sindicatos no hubieran perdido su esencia, ya habrían formado un frente de lucha en defensa de compañeros de clase, por lo que el gobierno de El Bronco estuviera en verdaderos problemas políticos.
Dadas las circunstancias del sindicalismo mexicano, lo anterior puede ser un sueño guajiro; sin embargo, la CTM, es decir, Ismael Flores, podría recurrir al apoyo del Congreso del Trabajo que preside ni más ni menos que su líder nacional, Carlos Aceves, para denunciar las prácticas del gobierno de Nuevo león y solicitar un frente de lucha en defensa del sindicalismo. ¿Lo haría? ¿Tendría el respaldo de Aceves?
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Consejeros del Instituto Nacional Electoral (INE) admiten la falta de credibilidad del organismo, según resultado de una encuestar.
Lo que preocupa del INE es que los miembros de su consejo general, incluido el Presidente Consejero, tomen partido, lo cual se advierte en el discurso mismo cuando abordan el tema de los comicios donde casi dan a entender que ninguno de los contendientes debe impugnar nada.
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A propósito de sindicatos, échense este trompo a la uña: el representante de Comercio de EU, Robert Lighthizer, dijo que las leyes laborales mexicanas deberían ser abordadas al renegociar el TLCAN.
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El propósito gacho de traer la asamblea de la OEA a México con la intención preconcebida para darle en la torre a Venezuela fue error de un aprendiz.
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De nada sirvió que el gobernador del Banco de México, Agustín Carstens postergara su transferencia al Banco Mundial de Pago toda vez que la inflación aumentó bárbaro…
La inflación interanual de México se aceleró en la primera quincena de junio a un 6.30 por ciento, su mayor nivel en casi ocho años y medio, principalmente por aumentos en los precios de los alimentos procesados, dijo el jueves el instituto nacional de estadísticas, INEGI.
