Por donde se le vea, la reciente declaración de la Fiscalía General de la República (FGR) de abrir carpetas de investigación contra los punteros a ganar la elección para gobernador del estado de Nuevo León, dejará consecuencias negativas para el estado por los próximos seis años.
Si las investigaciones prosperan y descarrilan a los candidatos del PRI y MC, deja el camino abierto a la candidata de la coalición liderada por Morena, quien no repunta luego de una serie de errores y un posicionamiento egocéntrico, falta de veracidad y autoritarismo.
Si le hacen la chamba, le limpian el camino y si llegara a la gubernatura, llegará como siempre ha sido. La candidata hija de un expresidente municipal (de extracción priista), luego la candidata esposa de un líder de ese mismo partido, quien no ha tenido empacho en declarar públicamente que la gente en su municipio (gobernado por esta pareja por ya, 5 períodos consecutivos) vota por ella simplemente porque es su esposa.
Si ella llega al Palacio de Cantera, llegará como una gobernadora muy débil ante el gobierno federal, con muchas deudas, fácil de manipular y sujeta a lo que le diga su esposo y ahora sus titiriteros desde la CDMX. Nuevo León no merece esto.
Si las investigaciones no fructifican y finalmente, cualquiera de los dos punteros llega a la gubernatura bajo la sombra de un proceso judicial. Llegará muy debilitado y con poco margen de maniobra con el gobierno federal. Básicamente será un gobernador indeseado en la CDMX y los apoyos y presupuestos estarán muy mermados.
El único que puede beneficiarse de todo este embrollo es el candidato del PAN, quien de estar posicionado en el cuarto lugar, fruto de una campaña muy gris, sospechosamente gris, podría ya estar peleando por la gubernatura.
Ahora sí se va poniendo claro. Aunque para la gubernatura, el candidato del PAN, prácticamente no pintaba, el estado de Nuevo León sigue siendo muy conservador, con una fuerte base del panismo.
Muchos de los candidatos panistas a alcaldías van punteando, así como diputados locales y federales. Arrebatarle al PAN el estado de NL parecería una misión complicada. Tal vez esto explique la campaña gris de su candidato y el “chapulineo” de figuras panista como el candidato a la alcaldía de Mty y otro exalcalde.
Además de muchos que de la noche a la mañana se cambiaron a Morena y que los veíamos aguantándose “el asquito” que las daba tener que compartir una taza de café con gente del pueblo, en céntricos restaurantes populares. Todo sea por el hueso.
Todo estaba preparado. Compartir el poder entre PAN y Morena. Por algo en NL no se dio la alianza PRI-PAN que se dio en el resto del país. Morena tenía que hacer alianza con el PRI o con el PAN para agarrar algo del estado de NL. La administración anterior de Morena se inclinaba por el PRI, de ahí el famoso PRIMOR. Esta nueva administración se inclina por el PAN.
Nuevo León ya perdió, y ya perdió sólo por los caprichos de esta nueva generación de políticos que creen que pueden heredar puestos o que los puestos son parte de su dote matrimonial.
Nuevo León no merece esto.
