Monterrey, N.L., 10 May.- Jéssica y Mónica son dos de las miles de mujeres que dividen su día en diversas actividades.
Jessica es dentista y mamá, pero también dedica su tiempo libre a la carpintería; Mónica es estudiante y en sus tiempos libres diseña modelos de zapatos, que en un futuro quiere volver realidad.
Una carpintera y zapatera en proceso; ellas aprenden dos de los oficios que pudiera pensarse son los más desempeñados sólo por los hombres.
Ellas forman parte de grupos de mujeres, que hizo posible el taller para emprendedoras. Lina inició el proyecto; enseña a los demás a buscar formas de salir adelante y de desarrollar su creatividad.
Lina Quintanilla explicó que la idea se originó por la necesidad de varias personas de encontrar un empleo.
Lina combinó sus estudios en Pedagogía con su carrera en Diseño Industrial; encontró la forma de brindar conocimiento de mano de quienes han ejercido su oficio aprendido directamente de la práctica, la fórmula para sumar más emprendedores al mercado.
Lina Quintanilla dijo que en el taller hay mujeres carpinteras, tapiceras, zapateras.
Lina busca enseñar que con voluntad y creatividad se pueden hacer muchas cosas; no hay límites. Además, intenta inculcar la organización del tiempo para que madres, padres, profesionistas y jóvenes puedan encontrar un pasatiempo o una nueva forma de negocio.
