De acuerdo con un documento de análisis del Gobierno mexicano, al que EL FINANCIERO tuvo acceso, de reducir el ISR corporativo, éste deberá ser compensado con otras modificaciones tributarias.
Tras la aprobación de la reforma fiscal en Estados Unidos que reducirá impuestos a compañías y personas a partir del siguiente año, México no responderá con una disminución de impuestos corporativos a costa de la contratación de más deuda, asegura un documento de análisis realizado por el Gobierno mexicano, al que EL FINANCIERO tuvo acceso.
“En ningún caso se contempla aumentar el déficit público para modificar la estructura tributaria de México”, señala el documento. “Cualquier modificación en el nivel de la tasa de ISR corporativa deberá ser compensada con otras modificaciones tributarias que dejen la recaudación sin cambios”.
La tasa corporativa en México, de 30 por ciento, será similar a la de Estados Unidos, que será de 27 por ciento en promedio, tras agregar los impuestos estatales a la tasa federal de 21 por ciento, asegura el análisis. Además, la tasa marginal máxima para personas físicas será de 45 por ciento en promedio, mayor a la de 35 por ciento de México.
“La evidencia internacional, así como entre los estados de Estados Unidos demuestra que las diferencias en tasas de ISR corporativo no son los elementos más importantes para la atracción de inversión ni para la competitividad de una economía”, se lee en el informe.
“Nuestro tratado para evitar una doble tributación con Estados Unidos implica que los inversionistas que realizan inversiones financieras, como bonos mexicanos, no tienen ningún incentivo para retirar sus inversiones a raíz de la reforma de Estados Unidos”.
Por último, el documento señala que el Gobierno continuará evaluando si es o no necesario realizar modificaciones al marco fiscal mexicano, pero reitera que, dado que no existe margen para incrementar la deuda, no se propondrá fondear un menor ISR con un mayor déficit.
“Cualquier propuesta de reducción en la tasa de ISR corporativo en México tendrá que venir acompañada de medidas compensatorias como las implementadas en Estados Unidos: limitar la deducibilidad de los intereses que pagan las empresas, poner un tope a la deducibilidad de los impuestos locales, limitar deducibilidad de pérdidas, retenciones a ingresos por regalías, entre otras”, puntualizó.