El trastorno conductual que provoca que las personas restrinjan su consumo de calorías –descubierto apenas en 2013– generó también nuevas formas de abordaje que Jennifer Thomas comparte esta semana con estudiantes de la Maestría de Psicología Clínica de la Universidad de Monterrey.
La psicóloga clínica, codirectora del Eating Disorder Clinical and Research Program en el Massachusetts General Hospital en Boston, se refirió al tratamiento, que es altamente efectivo ya que al menos la mitad de las personas que se someten a él se recuperen de un trastorno alimenticio.
“Voy a estar compartiendo una nueva versión de terapia cognitivo-conductual que nuestro equipo ha desarrollado para un desorden recientemente reconocido en 2013 , llamado Avoidant Restrictive Food Intake Disorder (ARFID, por sus siglas en inglés)”, abundó la psicóloga sobre este trastorno, el cual podría traducirse al español como Trastorno Evitativo/Restrictivo de la Ingesta.
Thomas, quien es también profesora asociada de Psicología en el Departamento de Psiquiatría de la Escuela de Medicina de Harvard, presentó una conferencia llamada “Nuevas Fronteras en los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA)” en la Sala del Claustro Universitario de la UDEM.
Además, este sábado impartirá el taller “Enfoques Cognitivo-Conductuales para los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA)”, con el fin de expandir nuevas técnicas de tratamiento para los desórdenes alimenticios pero, sobre todo, para concientizar y reforzar las herramientas sobre el ARFID.
“La razón por la que estoy aquí es para enseñar a los estudiantes de Maestría herramientas para la terapia cognitiva conductual para desórdenes alimenticios, la cual ha demostrado científicamente ser la más efectiva para adultos con un peso normal o sobrepeso y con desórdenes alimenticios”, explicó Thomas.
“Espero que con esto los estudiantes estén más preparados y que el tratamiento sea más accesible para mis colegas aquí”, agregó.
Las personas que sufren de ARFID restringen su ingesta de calorías; no consumen suficientes calorías, o no comen una sana variedad de comidas.
Asimismo, puede que no les dé mucha hambre; que no encuentren suficiente satisfacción al comer o sientan miedo a sufrir ciertas reacciones al comer, como puede ser ahogarse, vomitar, a que no les guste la textura del alimento.
Sin embargo, los afectados no tienen problemas con su imagen corporal.
Jennifer Thomas también estuvo en la Universidad de Monterrey para compartir sobre su experiencia y trabajos de investigaciones en la Escuela de Medicina de Harvard a los estudiantes de posgrado, además de brindarles nuevas herramientas de diagnóstico de trastornos alimenticios.
La conferencia y el taller de la psicóloga se organizaron en conjunto con Comenzar de Nuevo A.C. y el Centro de Tratamiento e Investigación de la Ansiedad (CETIA) de la UDEM, por lo que si le gustaría conocer más sobre estas organizaciones o si busca ayuda para tratar un desorden alimenticio, puede llamar a los teléfonos 8129-4683 y 84, y el 8356-9159, respectivamente.